El tiempo te vuelve más arisco, más esquivo, con menores equivocos, te reluce y acaba siendo un fiel espejo, un pozo donde mirar, alla donde de espaldas tiras la moneda buscando la felicidad que no has sabido encontrar o que si la encontrastes no la has procurado conservar.
El tiempo se muestra gris o reseco, imperceptible, cambiante, cuando te das cuenta, hay que abandonar el abrigo, la muda de tu piel, el lastre de un ancla, la lágrima de unos ojos, el post-it de: "volveré para cenar, te lo prometo".
Decides vivir, disfrutar de ese tiempo, que aunque sea cambiante, guarda y aguarda buenos momentos.
A lo lejos apareceres como un archivo encuedernado y bordado, recién ilustrado en mi memoria, in situ moldeado, seragrafiado a fuego, entre leñas de una apacible morada hogareña.Sí, quizás, cuando más inspirado estoy es cuando la luna mengua y el tiempo se encapota.
1 comentario:
El tiempo que pasa es igual al tiempo que sufrimos. Por eso quizás, sólo quizás, el tiempo se llama tiempo, porque un buen tiempo, soleado, nos invita a vivir el momento como presagio de un buen tiempo, futuro, por venir.
Así somos los humanos. Nos influye tanto el tiempo vivido, como el que vamos a vivir, como el que estamos viviendo.
QUE GUAY VOLVER A SABER DE TI!!!!!
Publicar un comentario